La selección natural es la capacidad de las especies de reproducirse más o mejor, dadas unas condiciones medioambientales. En este episodio nos vamos a centrar en el Cenozoico o era de los mamíferos. Veremos cómo la geología del planeta y el clima marcarán la evolución de los animales y plantas de la era Cenozoica (en particular de los mamíferos). Y, de paso, hablaremos de nuestros ancestros más lejanos, los primates arborícolas.
Índice de contenido
La era Cenozoica y sus periodos
Como vimos en el episodio anterior, nos encontrábamos en el eón Fanerozoico y, dentro de él, en la era Cenozoica. Pues bien, para estudiar la historia evolutiva de la Tierra, es conveniente dividir esta era en tramos más pequeños llamados periodos geológicos. En nuestro caso la era Cenozoica se dividirá en los periodos: Paleógeno, Neógeno y Cuaternario.
Significado de Cenozoico y de otros nombres
El término Cenozoico se obtiene a partir de las raíces griegas kainós, que significa “nuevo”, y zóo, “animal”. Así que Cenozoico significa literalmente “nuevos animales”.
Si recordamos la era Cenozoica se iniciaba con una extinción masiva. La vida en el planeta casi desapareció de golpe por el impacto de un meteorito. Se calcula que tres cuartas partes de la vida sobre La Tierra desapareció. En particular, los animales más grandes, los dinosaurios, fueron los que se llevaron la peor parte. Y su desaparición dio paso a estos nuevos animales, los mamíferos. Esta es la explicación del significado de Cenozoico.
Como cuento en el podcast, en realidad, los mamíferos ya estaban ahí. No es que apareciesen ahora, sino que los dinosaurios los mantenían a raya. Al extinguirse éstos, los mamíferos pudieron expandirse y prosperar.
El nombre de Paleógeno deriva de las raíces paleós, “antiguo o viejo”, y genos, “nacimiento, origen o linaje”. El significado es “linajes antiguos” y se refiere a que, en esta época geológica, las familias o linajes de mamíferos más primitivas se empiezan a diversificar.
Pero algo debió ocurrir en el clima global que causó también otra gran mortandad. Así llegamos al siguiente periodo, el Neógeno.
Neógeno introduce la raíz néo, que significa nuevo. Así la palabra que designa el periodo significará “nuevos linajes”. En este periodo, las familias de mamíferos que lo habitarán serán, en su mayor parte, casi las modernas.
Existe, no obstante, un matiz entre las palabras néo y kainós. Néo es algo nuevo, en el sentido de nueva creación. En cambio, kainós, se emplea para definir algo renovado o refrescado.
En nuestro contexto tiene sentido ya que los mamíferos no aparecen en el Cenozoico, sino que lo hacen en la era anterior. Cuando los dinosaurios del Mesozoico desaparezcan, los mamíferos se renovarán en la era Cenozoica.
Las referencias bibliográficas son:
La era cenozoica y sus caracteristicas geológicas
¿Y qué es lo que hizo que los antiguos linajes de mamíferos desaparecieran? ¿Qué forzó la evolución de los mamíferos? Fundamentalmente, las características geológicas del planeta ya que determinarán el clima y éste, a su vez, marcará el paso de la evolución de las especies de animales y plantas que vivirán en los ecosistemas.
Hace 66 Millones de años (Ma) empezó la era de los mamíferos, la Cenozoica, y con ella el periodo Paleógeno.
Desde el punto de vista geológico, el Paleógeno se divide en tres épocas o series: Paleoceno, Eoceno y Oligoceno.
El evento geológico más importante del periodo Paleógeno es la formación de los continentes modernos. En épocas anteriores, el mega-continente Pangea se había dividido en dos super-continentes: Laurasia y Gondwana. Pues bien, a lo largo del Paleógeno, ambas formaciones se van fragmentando para dar lugar a los continentes actuales, si bien éstos todavía no están colocados en sus actuales posiciones.
Anfiteatro en Cafayate (Argentina). Este paisaje causado por la erosión dispone de unas excelentes condiciones acústicas, de ahí su nombre de anfiteatro. Se formó durante la era Cenozoica. Fotografía tomada por Alejandro H
[CC BY 2.0]
El Paleoceno
Para delimitar el Paleógeno en tres series se utilizan eventos climáticos a escala global. El que inicia el periodo geológico y la época del Paleoceno es el impacto K/T.
Tras el impacto, el clima sobre los continentes en formación comenzó siendo cálido y razonablemente uniforme, desde el ecuador terrestre hasta los polos. Esto permitió que las selvas tropicales alcanzasen el límite de las regiones polares y que, en el mismísimo Polo Sur creciesen bosques de hoja caduca.
Así, tanto en la Antártida como en las latitudes polares de lo que serían los continentes asiático y norteamericano, crecieron especies de plantas, hoy desaparecidas, que se adaptaron a los días y las noches de 6 meses que hay en latitudes tan al norte y tan al sur.
Mientras transcurría el Paleoceno la temperatura del planeta fue incrementándose poco a poco hasta llegar a un pico máximo hace 55 millones de años. Este pico se denomina “máximo térmico del Paleoceno-Eoceno” y es el evento que determinará el final de esta serie y el inicio de la siguiente: el Eoceno.
¿A qué se debió el incrementó la temperatura? El consenso científico apunta hacia la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero como el metano o el dióxido de carbono.
En nuestros tiempos, el efecto invernadero se produce por la emisión de dióxido de carbono derivada de la quema de combustibles fósiles empleados para mantener la actividad industrial. En cambio, a finales del Paleoceno, parece ser que los gases se emitieron por el incremento de la actividad volcánica y por el movimiento de las placas tectónicas submarinas.
El Eoceno
El inicio del Eoceno lo marca el máximo térmico que ocurrió hace 55 Ma. A partir de entonces se mantuvieron las altas temperaturas durante 21 Ma. Entonces, hace 34 Ma, ocurrió un segundo cambio climático global llamado el evento Azolla. Este evento marca el final del Eoceno y el inicio de la siguiente serie: el Oligoceno.
Azolla en el río Canning (Australia). Una planta como esta acabó con el efecto invernadero durante el Eoceno. Fotografía realizada por Gnangarra [CC BY 2.5 au] vía Wikimedia Commons.
¿En qué consistió el evento Azolla? Pues fue, digamos, lo contrario del efecto invernadero. Produjo un enfriamiento global que daría paso a las primeras glaciaciones.
Vaya, qué interesante. Así que es posible librarse del efecto invernadero. Sí, pero a un alto precio: una extinción masiva (la “Gran Ruptura” de Stehlin) y un clima global más seco.
Casi nada. En el episodio comento todo esto con mucho más detalle.
El Oligoceno
El inicio de esta época geológica o serie se produce hace 34 Millones de años, con el evento Azolla, y termina hace 23 Ma dando paso al siguiente periodo dentro de la era Cenozoica, el Neógeno.
El evento geológico más relevante es la formación de la corriente circumpolar antártica que se dedicó a enfriar el clima posibilitando la formación de glaciares en ese continente.
El frío hizo que los bosques antárticos fueran sustituidos por un paisaje de tundra helada que, con el tiempo, quedaría sepultada bajo el hielo. Además, al retirar agua de la circulación planetaria, se causó un retraimiento general del nivel de los mares y un desecamiento generalizado del clima.
En las latitudes más altas de los continentes asiático, norteamericano y europeo, la vegetación tropical fue sustituida por bosques de coníferas, olmos, arces y hayas.
De esta forma, el denso bosque lluvioso que conocemos como selva tropical quedó confinado a las áreas comprendidas entre los trópicos terrestres, en particular a la mayor parte del continente africano.
En ese momento de la historia evolutiva de la Tierra, todavía no existían las grandes llanuras cubiertas de pastos, ni las zonas desérticas que hoy en día conocemos.
Ahora, lo que nos interesa saber es cómo influyeron todas estas variaciones climáticas en los mamíferos, y de dónde salieron los primates.
Resumen de la evolución de los mamíferos
En el episodio anterior dijimos que en la era Paleozoica (la de los peces), unos animales de la familia de los tetrápodos habían abandonado el mar para colonizar tierra firme.
Hace 280 Ma, la familia Tetrápoda se había escindido en dos grupos: los saurópsidos y los sinápsidos.
Los saurópsidos darán lugar a los reptiles, o sea, tortugas, cocodrilos, aves y dinosaurios. Mientras que los sinápsidos darán lugar a… los ancestros de los mamíferos.
Ancestros de los mamíferos
Los sinápsidos eran una mezcla de reptil y mamífero. Al principio del Mesozoico se parecían más a los reptiles, y a finales empezaron a dominar las características típicas de los mamíferos, como poseer pelo y glándulas mamarias. De hecho esta última característica es la que da nombre a los mamíferos.
La génesis de los mamíferos queda expresada de forma muy artística por esta imagen. Su autora la titula «Y un día Dios dijo a los Devonianos: los peces engendrarán a los Anfibios que, a su vez, engendrarán a los Amniotas, y así hasta que surja la raza Sinápsida». Esta bella obra está realizada por Alannis [CC BY-SA 3.0] o [GFDL] vía Wikimedia Commons.
Nos situamos hace 272 millones de años. Los Sinápsidos se diversifican en varias familias. Una de ellas son los Esfenacóntidos, y dentro de éstos, parecieron los Dimetradones. Y, aunque parezca mentira, también fueron ancestros de los mamíferos. Obra propia de Dimitry Bogdanov [CC BY-SA 4.0] vía Wikimedia Commons.
Debido a la depredación de los dinosaurios, los sinápsidos fueron desplazándose a regiones apartadas, de clima normalmente más frío y de escasa iluminación. Fue en estos ecosistemas poblados de árboles donde evolucionaron los primeros mamíferos.
Esta es la representación artística de un Adelobasileus. Se trata de un proto-mamífero que vivió hace 225 millones de años. Si no es el ancestro común de todos los mamíferos, poco le falta.
Esta obra es de Nobu Tamura. En el enlace nos muestra su portfolio de paleoarte por lo que os recomiendo una visita aunque sea rápida. [GFDL] o [CC BY 3.0] , via Wikimedia Commons.
El impacto K-T acabó con los grandes reptiles y dio paso a la era Cenozoica. El vacío en los nichos ecológicos dejado por los dinosaurios comenzó a ser ocupado por aves y mamíferos.
Familias de mamíferos
Hace 66 Ma comenzó la era de los mamíferos y, dentro de ella, la serie del Paleoceno, en la que el clima tropical se extendió por todo el planeta.
Los pequeños roedores nocturnos que provenían de épocas anteriores, se fueron diversificando y aumentando de tamaño a medida que colonizaban los ecosistemas durante el Paleoceno.
De entre ellos, la especie más antigua perteneció a la familia de los Multituberculados. Se trata de los aloterios, una mezcla entre ardilla y roedor que se extinguieron hace tiempo.
El Ptilodus es un género perteneciente al orden de los Multituberculados, una de las familias de mamíferos. Obra de Robert Bruce Horsfall [Dominio Público], via Wikimedia Commons.
El nombre de Multituberculados hace referencia a los dientes. Esta familia tenía muchos dientes molares o protuberancias (tubérculos se llaman, de ahí su nombre). Probablemente, se trate de los primeros mamíferos con tendencia a vivir en los árboles.
Otra familia de mamíferos, que sí ha llegado a nuestros días, son los Monotremas. A ella pertenecen los modernos Ornitorrincos y los Equidnas, unos pequeños bichos australianos con aspecto de erizos.
Familias de mamíferos antiguos que han sobrevivido hasta hoy en día: los Monotremas
Ornitorrinco. Fotografía de Rainbow606 [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.
Equidna. Lámina original de Richard Lydekker [CC BY 2.0 or Public domain], via Wikimedia Commons.
Los Monotremas pertenecen a un linaje muy antiguo, remotamente emparentado con los reptiles. De hecho, son los únicos mamíferos que se reproducen mediante huevos.
El nombre de Monotremas significa “un solo orificio” y se refiere a que en ese agujero confluyen los aparatos urinario, digestivo y reproductor.
Después tenemos otro de los linajes antiguos, la familia de los Marsupiales, cuyos más famosos descendientes serán los canguros.
El nombre de la familia viene derivado de los peculiares hábitos de crianza. Las crías se desarrollan durante poco tiempo en el útero materno, por lo que deben completar su maduración agarrados a las glándulas mamarias de las madres. Y tales glándulas se encuentran en el interior de una bolsa que recubre el vientre de la madre y que se denomina marsupio, de ahí el nombre.
Los marsupiales se extendieron por todo el planeta durante bastante tiempo. Pero cuando la familia de los mamíferos placentarios comenzaron su expansión, los marsupiales a duras penas lograron sobrevivir. De hecho, los únicos grandes marsupiales vivos son los canguros, y se salvaron porque el continente australiano quedó aislado.
Y ahora es el momento de presentaros al linaje más exitosos de los mamíferos: la familia de los Placentarios. Se llaman así porque las crías realizan las fases iniciales de su maduración en el útero materno alimentadas mediante un órgano llamado placenta.
Los mamíferos placentarios
Los fósiles más primitivos pertenecientes a la familia de los placentarios tienen 160 Ma de antigüedad y pertenecen a la especie Juramaia sinensis.
Juramaia Sinensis, uno de los mamíferos placentarios más primitivos. Esta obra es de Nobu Tamura. En el enlace nos muestra su portfolio de paleoarte por lo que os recomiendo una visita aunque sea rápida. [CC BY 3.0] , via Wikimedia Commons.
Este grupo también se denominó Euterios y su último antepasado común vivió hace 105 Ma. Esto significa que el linaje de los placentarios proviene de la era Mesozoica y que, antes de terminar ésta, probablemente ya había empezado a diversificarse en varios grupos.
La clasificación de los mamíferos que he empleado para el episodio la he tomado de este enlace de la wikipedia.
Características de los ungulados primitivos
Los animales suelen tener unas extremidades que se dividen en dos partes: los dedos y las palmas o, como dicen los biólogos, dígitos y planta. Pues bien, un plantígrado es un animal que apoya todo el pie para andar: la planta y los dígitos, la palma y los dedos. Nosotros los seres humanos somos plantígrados y los osos también.
Los animales que no son plantígrados se llaman digitígrados porque cuando caminan no se apoyan en toda la planta sino sólo sobre sus dedos. Un ejemplo de digitígrados son los gatos. Otro ejemplo de digitígrados son los protoungulados.
Proto significa en griego los primeros, así que hablaremos de unos animales primitivos, que también nacieron en la era de los dinosaurios, los primeros ungulados.
Los protoungulados caminaban sobre los dedos, pero los tenían recubiertos por una pezuña, al estilo de las cabras, o podían tenerlos también recubiertos por una gruesa capa de piel, como los elefantes. El tipo más raro de ungulados lo tenemos en los cetáceos, ya que no caminan, sino que nadan.
Dentro de esos primeros ungulados tenemos una familia que vivió a desde el Paleoceno hasta el final del Eoceno. Esa familia era la de los Condilartros. A partir de unos ancestros que se alimentaban de frutos e insectos, estos animales empezaron a evolucionar hacia a una dieta herbívora. De hecho, sabemos con seguridad que sus descendientes fueron los herbívoros dominantes hasta el Oligoceno.
Los Condilartros son otra de las familias de mamíferos primitivos. Estos ejemplares provienen del Paleoceno.
Arctocyon. Su nombre significa oso-perro y es una extraña mezcla entre herbívoro y carnívoro. Se trata de un animal poco especializado de dieta omnívora. Obra de Dmitry Bogdanov [GFDL o CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.
Fósiles de Phenacodus. Este animal apareció en el Paleoceno superior y se extinguió en el Eoceno medio, hace 55 Ma.
Como puede observarse, se trata de un ungulado digitígrado, cuyos dedos han convertido en cascos. Fue uno de los primeros animales con pezuñas.
Respecto a su dieta, no podemos afirmar que fuese exclusivamente herbívora ya que se trata de animales todavía muy poco especializados. Obra de Frank E. Beddard (The Cambridge Natural History, Volume X—Mammalia.) [Public domain], via Wikimedia Commons.
Ocepeia. Este animal vivió hace 60 Ma aproximadamente en Marruecos y se piensa que se alimentaba de hojas. Obra de Charléne Letenneur [CC BY 4.0], via Wikimedia Commons.
Los Mesoniquios fueron descendientes de los Condilartros. A juzgar por los restos que hemos estudiado, se trataría de una especie de lobos, pero con pezuñas, por eso son ungulados.
Lo interesante de los Mesoniquios es que fueron otra familia de placentarios ungulados, cuyos antecesores también fueron animales omnívoros, pero que desarrollaron una dieta carnívora.
Recreación de un Andrewsarchus (significa literalmente «gobernante de Andrews»). Fue un carnívoro de un tamaño impresionante. Se estima que desde el hocico a la cola medía 3,82 m y desde el suelo hasta los hombros 1,89 m. Obra de Dimitry Bogdanov [Public domain], via Wikimedia Commons.
Esta es la parte maravillosa de la evolución. Los ancestros tenían un mapa genético en el que estaban todas las posibilidades: dieta omnívora, dieta hervíbora y dieta carnívora. Pero son las circunstancias ambientales las que determinan qué comportamientos serán los que se expresen a lo largo del tiempo.
No todos los ungulados desaparecieron. Hubo quien sí saltó los obstáculos evolutivos y pervivió hasta nuestros días. Me refiero a las familias de los elefantes, las de los camellos, la de los cerdos y la de los herbívoros rumiantes en general.
Mamíferos carnívoros prehistóricos
La familia de mamíferos carnívoros, los cazadores por excelencia que vivieron en tiempos prehistóricos, fue la de las fieras.
Las fieras provienen de los Euterios. Aquellos pequeños mamíferos que salían por la noche a cazar insectos. Poco a poco, se fueron especializando en la caza de otros animales y, así, evolucionaron hacia otras especies de insectívoros, como las del orden de los Cimolestos.
Fósil del género Heterohyus perteneciente a los Cimolestos. Fotografía tomada en el Museo Senckenberg de Frankfurt por Ghedoghedo [CC BY-SA 4.0], via Wikimedia Commons.
Los paleontólogos creen que los Cimolestos son los ancestros comunes a tres familias:
- Los Folidotos, cuyos únicos representantes vivos hoy en día son los pangolines.
- La segunda familia es la de los Creodontos y
- La tercera familia es la de los Carnivora.
Este es el bicho tan curioso que nombré el episodio. En latín se llama Manis tricuspis, pero su nombre malayo, Pangolín, mola mucho más. Significa animal que se enrolla. Es el único representante del orden de los Folidotos que ha llegado a nuestros días.
Fotografía tomada por Jopparn [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.
Estas dos familias, Creodontos y Carnívoros, sí que son los verdaderos depredadores terrestres de la era Cenozoica.
Al inicio del Paleoceno, los Creodontos se habían establecido como un grupo diferenciado. Cuando se superó el máximo térmico entrado el Eoceno, se convirtieron en el grupo de depredadores más exitoso.
Había bastantes especies de Creodontos, cada una de tamaños y formas muy variadas. Así, el Sarkastodon era uno de los carnívoros terrestres más grandes que ha existido jamás. Era parecido a un oso de 800 kg. Otros parientes más pequeños eran los Machaeroides, que eran similares a perros pero con aspecto de “dientes de sable”.
No obstante, los Creodontos que mayor éxito evolutivo pertenecieron a la familia de los Hienodóntidos. El nombre significa literalmente “dientes de hiena” aunque, por lo demás no tienen nada que ver con las actuales hienas.
El Hyenodon no está emparentado con las hienas ¿parece increíble verdad? El único parecido está en los dientes, de ahí el nombre de la familia: Hienodóntidos.
Obra de Heinrich Harder [Public domain], via Wikimedia Commons.
Hacia finales del Eoceno, los Creodontos se toparon con otros animales que disponían de un cerebro mayor, de más capacidad para correr detrás de las presas. Esos nuevos depredadores pertenecían a la familia de los Carnívoros.
Para clasificar la enrome diversidad de la familia, los Carnívoros se dividen en dos órdenes: los feliformes y los caniformes. O sea, con forma de gato o de perro respectivamente.
Dentro de los feliformes, tenemos a los felinos verdaderos (como los tigres o los gatos), a las hienas, las mangostas y los famosos “dientes de sable” verdaderos, o sea, el Smilodon.
Esto es una joya artística. En esta portada de un comic de 1914 se puede ver en acción a un Smilodon dientes de sable (por si necesitáis un pista, es el que no lleva melena).
Se trata de una portada ilustrada por Roy G Krenkel para la novela El salvaje eterno de Edgar Rice Burroughs (George Kelley pulp fiction collection) [Public domain], via Wikimedia Commons.
El otro orden, los caniformes, tampoco quiere decir que tengan forma de perro literalmente. Por ejemplo, la familia de los osos (los Úrsidos), no tienen forma de perro y también son caniformes. Otros que tampoco tienen forma de perro son los Mustélidos (comadrejas y nutrias entre ellos). Y los que menos forma de perro tienen, sin duda, son los Pinnípedos: unos mamíferos completamente adaptados a la vida en el mar, como las focas, morsas o leones marinos.
La evolución de los primates
Los primates son mamíferos placentarios, y por tanto eso los convierte en descendientes de los Euterios del Mesozoico. Se piensa que la primera especie antecesora de los primates vivió hasta hace 66 Ma, justo tras la extinción de los dinosaurios y la gran diversificación de los mamíferos al inicio del Paleoceno.
Esa especie es el Purgatorius, un pequeño animal, que recuerda a un ratón trepador, y que pensamos que es el ancestro común de los Plesiadapiformes y de los Primates propiamente dichos.
Este simpático animallillo mezcla de ratón y ardilla es el Purgatorius. Se cree que es el el último ancestro común entre Primates y Plesiadapiformes. Por la forma de sus tobillos, los paleontólogos están bastante seguros de que tenían hábitos completamente arborícolas.
Obra de Patrick Lynch (Universidad de Yale) [Attribution], via Wikimedia Commons.
De los Plesiadapiformes conservamos fósiles que datan de hace 58 Ma correspondientes al Plesiadapis. Se trata de un animal pequeño, similar a las ardillas y dotado de garras. Al parecer se desenvolvería en el suelo, aunque probablemente pasaría mucho tiempo en las ramas bajas de los árboles para alimentarse.
Reconstrucción escala 1:1 del Plesiadapis realizada en el MUSE – Museo delle Scienze de Trento (Italia). Fotografía de Matteo De Stefano (MUSE) [CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.
La otra rama de los descendientes del Purgatorius es la de los primates. Y de ellos nos ocupamos a continuación.
El concepto de primate
El naturalista Carl Linneo publicó en 1758 el que se considera el primer sistema de clasificación sistemática de la vida, el de los tres reinos: animal, vegetal y mineral.
En su obra Systema Naturae (sistema natural), Linneo consideró a los humanos como los seres más avanzados de la naturaleza, por lo que los denominó Primates, que significa “el primero” en latín. Al resto de los mamíferos los denominó Secundates, los segundos, y al resto de animales Tertiates, los terceros.
Los monos fueron incluidos en el grupo de los Primates debido al parecido físico que tenían con los seres humanos. Pero esto no significa que estableciera relaciones de parentesco entre monos y humanos. Esta relación la establecería Darwin 100 años más tarde en su obra publicada en 1859 “El origen de las especies”.
El principal rasgo característico de los primates estaba en que poseían cinco dedos provistos de uñas. Además, las extremidades superiores estaban dotadas de pulgares con la capacidad de colocarse en oposición a los demás, permitiendo el agarre y la manipulación de objetos.
Otras características comunes serían una dentadura parecida y unas adaptaciones corporales similares a todos ellos.
Primates estrepsirrinos y haplorrinos
El Paleoceno es una etapa compleja en la evolución de los primates. Generación tras generación, éstos mamíferos continuaron adaptándose a la vida en unos hábitats repletos de árboles.
Desde este punto de vista se entiende que contar con unas manos capaces de agarrar presas, manipular frutos o asirse a ramas altas para escapar de depredadores fuera una característica favorecida por la selección natural.
El problema es que las técnicas de datación no nos ofrecen unos resultados completamente coherentes.
Según los análisis genéticos mediante la técnica del Reloj Molecular, hace 63 millones de años, los primates se escindieron en dos ramas. Una de ellas dio lugar a los Primates estrepsirrinos.
El nombre vine del griego: estrepho significa curva y rhinos, nariz. De ahí que sean conocidos como primates de nariz curva. Los descendientes más conocidos son los lémures de Madagascar.
El lémur de orejas negras es un primate estrepsirrino. Imagen de la Biblioteca Naturalista de Allen (Forbes y Sharpe) [CC BY 2.0 or Public domain], via Wikimedia Commons.
El resto de la familia de los primates continuó su camino evolutivo hasta que se conformó, hace unos 58 Ma, el grupo de los Primates haplorrinos hacia finales del Paleoceno.
El nombre de haplorrino significa “nariz simple”, ya que haplos significa simple en griego. Los estrepsirrinos tienen la nariz dividida en dos secciones y los haplorrinos, no. Tan solo conservamos el surco nasal como un resto de esta antigua segmentación. Nosotros los seres humanos, somos primates haplorrinos.
Tarsiformes y Simiformes
Hacia mediados del Eoceno, hace 40 Ma aproximadamente, los primates haplorrinos se volvieron a dividir en dos familias: los tarsiformes y los simiformes.
De los primeros sólo queda una familia viva, la de los Tarsios, unos animales parecidos a los lémures que viven en los árboles y tienen hábitos nocturnos. El resto de parientes se extinguieron hace tiempo.
A los otros, los Simiformes, no les fue tan mal. Lo cual es lógico si pensamos que, durante el Eoceno, la selva tropical se extendía hasta cerca de los polos.
La gran habilidad manual que comentamos, junto con una vista muy desarrollada adaptada a las latitudes altas y a la vida nocturna, les permitirá alimentarse tanto de frutas como de pequeños insectos que viven también en los árboles.
Los primates simiformes continuaron su evolución hasta formar un grupo llamado Eosimias, hoy ya extinguidos, pero que se supone que fueron los ancestros comunes de otros dos grupos que han sobrevivido hasta nuestros días.
Pero aquí es donde aparece la incoherencia que he he comentado antes. Resulta que, en 2009, una chica llamada Ida se presentó en sociedad.
Ida fue el nombre con el que fueron bautizados los restos fósiles de una especie desconocida hasta ese momento llamada Darwinius masillae. Esta especie vivió hace 47 Ma y se considera el eslabón perdido entre los primates primitivos y los simios, ya que combina el aspecto de lémur junto con características típicas de los primates antropoides.
Lo curioso de estos restos, a parte de su excelente estado de conservación, es que se clasifican como primates estrepsirrinos por lo que no debieran ser ancestros de los humanos ya que nosotros provenimos de los primates haplorrinos.
Esta incoherencia puede indicar un error en las dataciones o que la evolución no funciona en linea recta. Es posible que varias especies de linajes diferentes acaben adoptando un aspecto físico similar debido a que han realizado adaptaciones parecidas por vivir en el mismo medio.
Es un poco lo que ocurre con los coches de hoy en día, todas las marcas tienen modelos parecidos, porque la forma más aerodinámica es la que es. Por tanto si quieres competir, debes fabricar coches estilizados de perfil bajo y lineas suaves.
Dicho esto vamos a continuar con la historia evolutiva de los primates hacia los seres humanos.
Primates Platirrinos y Catarrinos
Los dos grupos supervivientes en los que hoy se divide la familia de los Simiformes son: Platirrinos y Catarrinos.
Diferencias entre Catarrinos y Platirrinos
En principio, esta división hacía referencia a un rasgo facial de los monos. Así, platys en griego significa plano, por lo que estos monos reciben el nombre de Platirrinos en referencia a su cara más aplanada. En contraposición, el otro grupo posee unos orificios nasales abiertos hacia abajo y separados por un fino tabique nasal. Por ello se emplea la palabra griega katá, que significa hacia abajo, de ahí su nombre de Catarrinos que, literalmente, significa nariz hacia abajo.
En el episodio comento otra característica que distingue a ambos grupos. Los Platirrinos sólo habitaban en Centroamérica y en America del Sur, por eso se les conocía como “monos del Nuevo Mundo”. Y al contrario, los Catarrinos habitaban Europa, África y Asia. Por ello se conocen como “monos del Viejo Mundo”.
Todo esto está muy bien, pero si estudiamos los restos fósiles podemos encontrar evidencias de que los ancestros de los Platirrinos se originaron fuera del continente americano. Y esto tiene una explicación evolutiva.
Simios Platirrinos
Los fósiles de Eosimios más antiguos provienen del Sudeste Asiático, de China en concreto. Gracias a ellos sabemos que comían frutas e insectos y que se desplazaban con facilidad caminando a cuatro patas por las ramas altas de los árboles.
O sea, que hace 45 Ma los Primates Simiformes mostraban unos hábitos parecidos a los que podemos observar en las especies actuales.
Los Eosimios se expandieron hasta África hace 40 Ma y continuaron diversificándose. Pero, de algún modo, consiguieron llegar al continente americano.
Sabemos que no migraron atravesando Norteamérica vía estrecho de Bering, ya que no hemos hallado fósiles de monos en el subcontinente norteamericano. Por tanto sólo queda un camino: atravesar el Océano Atlántico.
Bien es verdad, que por esas fechas, estamos en el Paléogeno, todavía no se habían unido los subcontinentes norte y suramericano, y además, sus posiciones no eran las actuales.
Durante la era Cenozoica el Océano Atlántico no era tan ancho como hoy en día, por lo que los primates pudieron cruzarlo desde África hasta América del Sur. Trabajo propio de Zkelly1.
[CC BY-SA 3.0]
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Seguramente, África y América del Sur estaban más cerca que hoy en día o, quizás, hubiesen islas emergidas en mitad del océano que hiciesen más fácil la travesía mediante troncos flotantes.
En cualquier caso, los Platirrinos llegaron al continente americano y quedaron aislados allí, continuando la evolución por caminos separados de sus primos los Catarrinos.
Y andando en el tiempo, por fin alcanzamos el Oligoceno. Como dijimos, este periodo se inició hace 33 Ma y terminó hace 23 Ma. Pues bien, el fósil más antiguo de primate Platirrino encontrado en el continente suramericano data de mediados de esta época, de hace 27 Ma. Y en él todavía perduran algunos rasgos de sus parientes Catarrinos, por lo que la hipótesis de un origen común en África y la posterior especiación aislada en América parece la más probable.
Bueno, ya que hemos alcanzado el Oligoceno, vamos a continuar con con el viaje que nos conducirá desde los primeros primates hacia los seres humanos. Y para ello veremos los cambios que se operaron en los primates Catarrinos a partir de este periodo.
Primates catarrinos africanos
A principios del Oligoceno, el clima cálido de los polos desaparece bajo el hielo. Pero en África resiste la selva tropical. Será allí, en ese entorno repleto de árboles, donde la familia de los primates Catarrinos comenzará a separarse en otros grupos.
¿Qué fue del Propliopithecus?
Sobre estas fechas, hablamos de hace 35 Ma más o menos, en aquellas selvas tropicales habitaba una especie de monos muy curiosa. Además estaba muy adaptada al medio. Se llamaba Aegyptopithecus zeuxis y pertenecía al grupo de los Propliopitecoideos.
Recreación de Aegyptopithecus zeuxis. Fue un Propliopithecus que disponía de cuatro manos en lugar de patas y de cola prensil. Por Nobu Tamura (Obra propia) [CC BY-SA 3.0 or GFDL], via Wikimedia Commons.
El Egiptopitecus es una especie muy importante dentro de los primates porque constituye el eslabón perdido entre los monos del Viejo y del Nuevo Mundo. Aunque está clasificado como Catarrino o mono del Viejo Mundo, conserva características típicas de los Platirrinos, por ejemplo, la cola prensil.
Primates catarrinos africanos
El orden de los catarrinos continuó evolucionando. Gracias a fósiles de otra especie de monos encontrados cerca de La Meca, en la región de Hijaz en Arabia Saudí, pensamos que hace unos 28 Ma empezó a crearse una otra división en superfamilias. Pero esta vez se trataba de Cercopitécidos y Hominoideos.
Mediante análisis genéticos de los fósiles estimamos que esta separación empezó hace 28 Ma. Sin embargo, los fósiles más antiguos en los que se puede apreciar la diferencia datan de alrededor de 25 Ma.
Entre los Primates de la familia Cercopitécida y la Hominoidea, la diferencia también está en la cola. Los Cercopitecos tienen cola y nuestra superfamilia no.
Los Cercopitécidos evolucionarían para convertirse en babuinos, macacos y la especie más grande, los mandriles. Algunos de sus ejemplares pueden pesar hasta 50 kg.
El Mandril, un mono cercopitécido africano. Definitivamente, da miedo encontrártelo en una calle oscura. Fotografía de 李巍 [GFDL or CC BY-SA 3.0], via Wikimedia Commons.
Y los otros, la familia Hominoidea, pues… Eso queda para el siguiente episodio de ¿Otro podcast de historia?
Créditos
La principal referencia de esta entrada ha sido Wikipedia.
Las imágenes proceden casi todas de Wikimedia Commons. No obstante, en cada una de ellas se indica la procedencia y el tipo de licencia que poseen.
Podéis ampliar información sobre los mamíferos del Paleoceno en esta web temática (está en inglés):
La música del episodio se la debemos a Dan O’Connor, más conocido como Dan-O.
Si os ha gustado la foto del Pangolín, escribid un comentario para hacérmelo saber. Y si no os ha gustado, también.
Los comentarios son uno de los elementos que más premian los motores de búsqueda, así que os agradeceré hasta el infinito y más allá que dejéis algunas lineas en esta humilde entrada.
Por otra parte, el hecho de saber que hay alguien al otro lado me motiva un montón.
Por último, la forma más rápida de contactar conmigo es… ¡Los comentarios! Pero también podéis utilizar la dirección de correo electrónico info [arroba] podcast-historia [punto] com, o enviarme un tweet a [arroba] crodriguezfl.
Y ahora, me despido invitándoos a descargar el siguiente episodio de… “Otro podcast de historia?”.
Muy buen podcast!! Entretenido e interesante! Gracias por compartirlo!!!
Gracias a tí por comentar y graacias por estas palabras tan amables.
Carlos!!!… Grande!!!… Lo estoy escuchando con mi hija de ocho años para que se pique y se empiece a interesar por la historia. Muchas gracias por tu esfuerzo!!!
Gracias por compartirlo aquí, Chumi. Cuidado que luego tu hija no te dejará tranquilo ni un minuto.
Un saludo!!
Increíble podcast, yo recién lo encuentro y ya voy por este capítulo!! Muy profesional, la verdad es que nunca lo había encontrado tan ordenadamente y con esta perspectiva
Muchísimas gracias por el comentario. Tengo más capítulos que espero te gusten también. Un saludo!!
Ha merecido mucho la pena completar el podcast con las figuras adjuntas en tu blog. Gracias!
Pues estoy preparando la página del siguiente episodio. Un saludo y gracias por comentar, Juan.
Gran podcast, levo enganchado dende que o comencei a ouvir. Grazas mil polo teu traballo.
Muchas gracias a ti, Anselmo. Un placer!!